Estigma

Hoy se celebra un año más de los atentados terroristas contra las ahora más famosas e inexistentes Torres Gemelas de Nueva York. Para ser más exacta hoy se cumplen 6 años de que ese hombre "tan malvado" cumpliera con éxito su plan de penetrar y quebrantar la seguridad y el ego estadounidense.

6 años de que Estados Unidos ha explotado descaradamente una guerra sin fundamentos lógicos y contra un enemigo al que le han cambiado la cara según sus intereses; 6 años infundiendo un miedo irracional en su población y exacerbando un sentimiento nacionalista, que tal vez en un principio sirvió como adhesivo para unir a una nación, pero que ahora, es una fórmula caduca.

No niego la magnitud del daño que esos hombres provocaron con sus acciones, así como tampoco hago menos todas esas vidas que se perdieron en el momento de los ataques y de las que silenciosamente se van extinguiendo como efecto de los mismos.

Sin embargo, el mundo está poblado por millones de personas que se están muriendo de hambre o de sed, que padecen enfermedades para las cuales ni siquiera hay cura o enfermedades que si bien tienen cura, ésta resulta completamente inaccesible por falta de recursos para adquirirlas, que al final, viene siendo lo mismo si ésta existe o no.

Podemos encontrar cientos de grupos guerrilleros que acaban con decenas de vidas inocentes diariamente y una cantidad enorme de problemas políticos al interior de países tercermundistas, que terminan por convertirse en administraciones represivas que acallan voces indiscriminadamente para mantener su frágil equilibrio.

Así como también existen cientos de empresas transnacionales que por mantener costos de producción bajos, emplean a niños, mujeres y hombres por igual; manteniéndolos trabajando bajo condiciones y salarios infrahumanos, que poco les importa que la esclavitud haya sido abolida hace décadas y que exista algo llamado "Derechos Humanos".

Aunando a esto los desastres naturales que cada vez se hacen más comunes y feroces, como huracanes o sismos, y que azotan siempre a las zonas más pobres del planeta; negocios ilícitos como narcotráfico, tráfico de personas o prostitución, que mucha sangre ha cobrado en su nombre; entre muchos otros problemas que golpean en su gran mayoría, a los sectores más vulnerables de nuestra sociedad.

Problemas y muertes de vidas inocentes en vano que no han sido capaces de despertar el interés de las personas indicadas, ni de generar el mismo revuelo e indignación que los ataques a las Torres Gemelas, provocaron en aquel entonces y que aún se siente en estos días.

Se van a cumplir 6 años de haber iniciado una guerra que parece no tener final; que mantiene un saldo de muertos en aumento y que no ha respetado edad, sexo o religión. Una guerra "contra el terrorismo", en la que aún contando con equipos y artefactos con la tecnología más avanzada, no son capaces de distinguir entre un edificio con armas potencialmente peligrosas para la vida humana y un hospital.

Y ni hablar de la estabilización de una sociedad, que bueno o malo, tenía su sistema de organización política, a la que se le quiere imponer un sistema democrático, pero, ¿Qué tan democrático puede ser un gobierno implantado por una sociedad que busca obtener el máximo beneficio de ese desequilibrio político?.

En fin, se cumple un año más de esta mercadotecnia terrorista que igual inunda la televisión, la radio, los medios escritos y el internet con sus imágenes y premisas que llaman a la población a unirse en contra del terrorismo; en la que los únicos beneficiados han sido todas esas compañías involucradas en la venta de armas y sistemas inteligentes, así como todas esas personas que distribuyen instrumentos bélicos en el mercado negro.

Un año más en que el estigma del 9/11 puede unir a más personajes de la política mundial y un año menos para todas esas personas que poco a poco van renunciando a la vida.