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18.2.08

Atentado contra el instructivo para llorar de Julio Cortázar

El viernes pasado, antes de irme a la calle, mi mamá me pidió que sacara la basura. Como siempre, me enojé por su petición: 1)Porque ya andaba arreglada y el perro, con sus patotas, me iba a ensuciar toda la ropa y 2)Porque odio sacar la basura! Eso es algo que le toca a mi hermano, pero nomás se le hincha uno y que se frieguen los demás.

No me quedó de otra más que hacer lo que dijo la Lupe, total! Salí al patio por el bote de la basura y dicho y hecho, el perro me pintó todas sus patotas en el pantalón. Me las ingenié para sacar el bote por la puerta de servicio antes de que se saliera el "malito", mi perro, para después salir yo también.

Cuando abrí la puerta del cerco escuché un ruido extraño, no le dí importancia y seguí peléandome con el bote que se negaba a salir a la banqueta. Cuando porfin pude sacar el bote, volví a escuchar el ruido, que ya no era un ruido, era como un lamento. Me dí cuenta que estaba un chavo sentado en la puerta de la casa contigua a la mía y estaba llorando.

No era un llanto cualquiera, era un llanto que le salía del alma; como si algo le doliera mucho, o sea no un dolor físico, algo más allá de eso. En el momento en que me percaté de su presencia y lo pude ubicar entre la oscuridad, la luz que se desprendía del porche de mi casa y sus lágrimas, iluminaron sus ojos y por unos segundos, estoy segura de que compartimos miradas.

Yo no supe que hacer. Cobardemente dejé el bote afuerita de mi casa y me volví a meter. Y creo que el tipo empezó a llorar con más fuerza; sus lamentos se escuchaban ahora hasta adentro de mi casa, pero yo no encontraba el valor como para salir a preguntarle que le pasaba. A los minutos se paró un carro afuera de la casa.

Del carro se bajaron una chava y un chavo y fueron con él. No alcancé a escuchar lo que le dijeron, pero sí se podía escuchar todavía su llanto. Tardaron un poco en consolarlo, pero por fin pudieron subirlo a su carro y se lo llevaron de ahí.

Me sentí mal por no haberme acercado a él y preguntarle si estaba bien, que obviamente no lo estaba. Pero para mí el llanto es un momento tan íntimo y tan mío, que si hubiera sido yo en su lugar, a mi no me hubiera gustado que una extraña se acercara a cuestionarme acerca de mi llanto.

En fin, capaz que el tipo no era más que un simplón y estaba llorando por una babosada, pero creo que nunca había visto a un hombre (fuera de velorios y entierros) llorar así con tanto sentimiento cómo él lo estaba haciendo. Nunca sabré el motivo de su llanto, pero haya sido lo que haya sido y donde quiera que esté el chavo, de todo corazón, espero que esté bien.

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